Ginecología

La ginecología significa literalmente ciencia de la mujer y hace referencia a la especialidad médica y quirúrgica que trata las afectaciones del sistema reproductor femenino (útero, vagina y ovarios).

El control ginecológico es fundamental para la prevención de distintas patologías, en especial aquellas relacionadas con el cuello de útero. Es recomendable realizarlo una vez al año, e involucra el Papanicolau (citología)), la Colposcopia, y el Examen Mamario.

Se recomienda realizarse una mamografía y una ecografía mamaria entre los 35 y los 40 años, y luego de esa edad incluirlas rutinariamente en los controles. Es necesario destacar la importancia de solicitar ambos análisis, debido a que hay imágenes que la ecografía percibe y la mamografía no, y viceversa.

La vagina está protegida por un conjunto de microorganismos, cuya función es mantener el nivel de acidez adecuado y evitar la colonización de gérmenes patógenos externos. Sin embargo, esta defensa natural puede verse alterada por diversas causas como: una higiene íntima excesiva o deficiente, las relaciones sexuales, variaciones hormonales, tratamientos con determinados antibióticos, los anticonceptivos, una manipulación inadecuada de la zona que conlleve la migración de bacterias desde el ano hacia la vulva, etcétera. Además, entre los microorganismos que pueblan la vagina de forma natural se encuentra un hongo, la Candida albicans, cuya proliferación en la flora vaginal también origina una infección denominada vulvovaginitis candidiósica.

Para prevenir las infecciones genitales, se pueden tomar una serie de precauciones como:

  1. Utilizar preservativo en las relaciones sexuales para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual
  2. Lavarse las manos antes y después de ir al baño, prestando especial atención al utilizar el papel higiénico para no contaminar la vulva con bacterias procedentes del recto
  3. Beber agua en abundancia para evitar que se acumulen gérmenes, eliminándolos a través de la orina
  4. Orinar antes y después de mantener relaciones sexuales
  5. No permanecer con el bañador mojado; la humedad favorece la proliferación de hongos
  6. Vestir ropa holgada confeccionada con tejidos que faciliten la transpiración
  7. Consultar al médico ante cualquier cambio en la cantidad, olor o color del flujo vaginal, o si se presentan picores, irritación o hinchazón en la zona

Recordemos que cada mujer atraviesa diferentes etapas durante su vida en las que varía el pH de su zona genital, por lo que en la higiene íntima es importante emplear productos específicos que no alteren dicho pH.

En la infancia

Es importante que las niñas aprendan cómo lavar sus zonas íntimas, porque ese hábito se mantendrá durante la adolescencia y la edad adulta, y ayudará a evitar infecciones como la vulvovaginitis infantil. Esta infección, que se caracteriza por la aparición de flujo que despide un olor desagradable (además de otros síntomas locales como inflamación, escozor, picores, etcétera) está relacionada con un tipo de bacterias que se encuentran en las heces, pero pueden alcanzar la vagina si se limpia la zona perianal de atrás hacia delante.

La vulvovaginitis también puede originarse por la proliferación, en determinadas condiciones, de unos microorganismo presentes en la flora vaginal. Las recomendaciones sobre la higiene íntima de las menores son similares a las que deben seguir las mujeres adultas, especialmente el uso de productos específicos que no alteren el pH de la zona genital ni la flora vaginal, no utilizar esponjas, limpiar siempre de delante hacia atrás, y utilizar prendas interiores de algodón que permitan la transpiración.

Menstruación

Durante la menstruación, la zona genital se mantiene húmeda a causa de la sangre expulsada. Esto, unido a que el pH vaginal disminuye su acidez, puede contribuir a la aparición de infecciones en la zona, por lo que hay que extremar la higiene durante estos días y cambiar con regularidad compresas o tampones, incluso aunque la cantidad de flujo no sea muy abundante. De esta forma se impedirá, además, la formación de malos olores.

Embarazo

Durante el embarazo la higiene íntima es todavía más importante, porque una infección vaginal puede afectar la salud del feto y aumentar el riesgo de aborto y/o parto prematuro. El pH vaginal es más ácido de lo habitual en este periodo, lo que facilita la aparición de infecciones y puede originar molestias como picores e irritación. Una buena higiene, con productos adecuados, contribuye a evitar estas infecciones y a recuperar la flora vaginal tras el parto.

Menopausia

Se debe prestar especial atención a la higiene íntima durante esta etapa, ya que el pH vaginal se encuentra alterado, y se produce un adelgazamiento de la mucosa de la vagina, que la hace más vulnerable a infecciones. Disminuye, además, la secreción de flujo, lo que se traduce en sequedad vaginal, que puede tener consecuencias como dolor durante las relaciones sexuales, y favorece también la aparición de infecciones.

En esta etapa se pueden producir pérdidas involuntarias de orina que provocan que la zona se mantenga húmeda. Por todo esto, es importante mantener unos hábitos de higiene apropiados, y lavarse una o dos veces al día, empleando productos específicos que no resulten agresivos para la zona genital, y contribuyan a calmar la irritación y los picores, además de hidratar la piel.

La Menopausia se define como la asusencia de periodos mestruales. En promedio, esto ocurre a los 51 años de edad, aunque el intervalos es entre los 45 y los 55 años.

El tiempo que conduce a ese suceso se denomina perimenopausia. Este término quiere decir “cerca de la menopausia.” La perimenopausia puede durar hasta 10 años. Durante esta etapa, ocurren cambios en los niveles hormonales que pueden alterar la ovulación y causar cambios en el ciclo menstrual.

Es importante que toda mujer se prepare para esta etapa, teniendo claro que existen muchos mitos al respecto, pero también realidades.

Mito # 1

Es una enfermedad. Entre los mitos más comunes que se presentan alrededor de la menopausia es considerarla como una enfermedad provocada por la falta de hormonas. La sintomatología que se produce en las mujeres durante esta etapa, ha llevado a asociarla como una patología más.

Realidad

Si bien es cierto que la producción de estrógenos en esta etapa es nula, la menopausia no debe ser considerada una enfermedad.

Mito # 2

El deseo sexual desaparece. La pérdida de apetito sexual se convierte en una de las principales preocupaciones cuando se habla de menopausia, pues entre los 45 y 50 años la mujer llega a sentir que no logra atraer y complacer a su pareja en la intimidad, lo cual suele relacionarlo con envejecimiento.

Realidad

Al llegar a este ciclo uno de los síntomas más comunes en las mujeres es la resequedad vaginal, por lo que que las relaciones pueden tornarse dolorosas. Sin embargo, la mayoría de las veces, existe un constante bloqueo mental y físico, lo que imposibilita llevar una vida sexual plena. Con el uso de lubricantes u otros métodos, de mano con la buena disposición, el problema quedará resuelto.

Mito # 3

El uso de hormonas produce cáncer. Uno de los métodos más recomendados por los especialistas para sobrellevar esta etapa de las mujeres que, en algunas es un poco más fuerte que en otras, es el consumo de hormonas. Muchas se niegan ante esta posibilidad porque aseguran que este tipo de medicamento desarrolla algunos tipos de cáncer.

Realidad

El consumo de hormonas no es perjudicial mientras se haga en el momento y tiempo adecuado. Por el contrario, la Terapia de Reemplazo Hormonal, protege de enfermedades cardiovasculares y trastornos cognitivos y sugiere muchos otros beneficios.

Mito # 4

Es igual para todas las mujeres. Muchas mujeres asocian la menopausia con los calores y cambios en el estado de ánimo, lo cual lo consideran como síntomas generales que se pueden presentar durante este periodo. De igual forma, está marcado que este ciclo inicia normalmente en aquellas que alcanzan los 50 años de edad.

Realidad

Los especialistas coinciden al asegurar que los síntomas varían en todas las mujeres, especialmente los calores, irritabilidad, cambio en el estado de ánimo. Por otro lado, son muchas las ocasiones en las que la menopausia no se presenta en el mismo momento, ni en la misma intensidad para todas.

Mito # 5

Aumento de peso. El terror de muchas mujeres es que la balanza indique unos kilos de más, y con la menopausia este temor aumenta, pues se cree que al presentarse un cambio en el organismo necesariamente habrá una variación de peso.

Realidad

El aumento de peso depende del metabolismo de la mujer. Sin embargo, recomienda evitar el consumo de grasa y llevar un estilo de vida saludable.

La Vulvitis es causada por una disminución en los estrógenos, cuyos niveles normalmente se reducen después de la Menopausia.

El estrógeno es muy importante para mantener los tejidos de la vagina lubricados y saludables. Normalmente, el revestimiento de la vagina produce un líquido lubricante transparente, el cual hace que las relaciones sexuales sean más cómodas y ayuda a disminuir la irritación vaginal. El adelgazamiento o encogimiento del tejido vaginal causa resequedad e inflamación.

Los síntomas de vulvitis atrófica incluyen picazón, ardor e incomodidad, a veces una secreción de color amarillento con mal olor puede estar presente. La relación sexual puede ser dolorosa y puede ser seguido por un sangrado leve.

Lo siguiente puede provocar que los niveles de estrógeno bajen y llevar a que se presente vulvitis o vaginitis atrófica:

  • Medicamentos u hormonas empleadas para disminuir los niveles de estrógeno en las mujeres, como parte del tratamiento para el cáncer de mama, endometriosis, miomas uterinos o infertilidad
  • Radioterapia al área pélvica o quimioterapia
  • Estrés severo, depresión o ejercicio riguroso

La vulvitis atrófica puede ocurrir en mujeres más jóvenes que se hayan sometido a una cirugía para extirparles los ovarios. También, algunas mujeres presentan la afección inmediatamente después del parto o mientras están amamantando, ya que los niveles de estrógeno están más bajos en estos momentos.

La vagina también puede resultar más irritada por jabones, detergentes para lavar, lociones, perfumes o duchas. Ciertos medicamentos, el tabaquismo, los tampones y los condones también pueden causar o empeorar la resequedad vaginal.

EL TRATAMIENTO

Hay muchos tratamientos para la resequedad vaginal. Antes de tratarse los síntomas usted misma, un médico debe determinar si son causados por la disminución en los niveles de estrógeno, una infección, un irritante u otra razón.

Si los síntomas son leves, pueden aliviarse usando un lubricante vaginal hidrosoluble durante la relación sexual. No use vaselina, aceite de vaselina ni otros aceites, ya que pueden aumentar la probabilidad de infección y pueden dañar los condones de látex o los diafragmas. Las cremas vaginales humectantes también están disponibles sin receta.

El reemplazo de estrógeno es uno de los principales tratamientos para la vulvitis atrófica. Está disponible como crema, tableta, supositorio o anillo, todos los cuales se colocan directamente dentro de la vagina. Estos medicamentos liberan estrógeno directamente a los tejidos vaginales y sólo un poco de éste es absorbido hacia el torrente sanguíneo. Si también se presentan sofocos u otros síntomas de menopausia, se puede administrar estrógeno por medio de un parche cutáneo, o una píldora que se toma por vía oral (Terapia de Reemplazo Hormonal).

NO DESCUIDE SU SALUD ÍNTIMA, ya que la vaginitis atrófica puede hacerla más propensa a contraer infecciones vaginales causadas por bacterias u hongos (hongos levaduriformes). Esta afección también puede causar úlceras abiertas o fisuras en la pared vaginal.

A continuación, les presentamos palabras de interés y sus respectivos conceptos.

  • ESTRÓGENO: son hormonas sexuales esteroideas, principalmente femeninas, que se producen en los ovarios y en las glándulas suprarrenales. Son las responsables del desarrollo de las características sexuales secundarias femeninas, como: El crecimiento de las mamas. La aparición de la menstruación.
  • PROGESTERONA:  es una hormona sexual que liberan los ovarios y posteriormente la placenta. Durante el ciclo menstrual, su función es acondicionar el endometrio para facilitar la implantación del embrión en este, y durante el embarazo ayuda a que transcurra de manera segura.
  • TERAPIA DE REEMPLAZO HORMONAL: La TRH es un tipo de tratamiento que consiste en recibir dosis de hormonas para prevenir o tratar ciertas afecciones médicas. Los usos comunes de la TRH incluyen el tratamiento de los síntomas molestos de la menopausia y la prevención de la osteoporosis, entre otros.
  • OVULACIÓN: es el proceso del ciclo menstrual en el cual la pared de un folículo ovárico se rompe y libera un óvulo maduro para su fecundación. La ovulación se produce, generalmente, de 12 a 16 días antes del inicio del siguiente periodo.
  • MENOPAUSIA: La menopausia es la etapa de la vida de la mujer que se caracteriza por el fin de la menstruación  y por el comienzo de la etapa conocida como climaterio. Esta etapa la pasan aproximadamente el 90% de las mujeres entre los 48 y los 54 años debido a que comienzan a perder paulatinamente la función ovárica y, como consecuencia, disminuye la producción de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona).
  • PELLET: El término pellet (también pelet) es una denominación genérica, utilizada para referirse a pequeñas porciones de material aglomerado o comprimido de diferentes materiales.
  • FALLO OVÁRICO PREMATURO: El FOP es el cese de la actividad ovárica antes de los 40 años. Según su origen lo podemos dividir en: Iatrógeno: secundario a tratamientos oncológicos (radioterapia o quimioterapia), cirugías que han extirpado total o parcialmente los ovarios.
  • OSTEOPOROSIS: es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Así, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad.
  • MINDFULNESS: puede considerarse una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación. Esta práctica consigue separar a la persona de sus pensamientos para poder reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, otorgando un gran peso al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente.

 

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