La menopausia precoz: síntomas, causas y tratamientos

La menopausia precoz consiste en el cese de la actividad reproductiva en las mujeres menores de 40 años. Los ovarios dejan de funcionar, no hay ovulación y, finalmente, desaparecerán las menstruaciones.

La menopausia precoz es el paso de la mujer de una etapa fértil a una no fértil a una edad temprana, antes de los 40 años. Algunas mujeres sufren de menopausia precoz incluso antes de los 30 años, y pueden empezar a padecer los mismo síntomas y consecuencias que mujeres menopáusicas a partir de los 50 años.

La menopausia prematura supone la pérdida de la función ovárica. Las consecuencias de esto son las siguientes:

  • El ovario dejará de producir estradiol
  • Las reglas se harán irregulares hasta desaparecer
  • No habrá ovulación
  • La mujer sufrirá infertilidad

La principal causa de la menopausia a una edad temprana es el fallo ovárico precoz, el cual está provocado por diferentes factores que son difíciles de determinar. Otras veces, la causa de la menopausia prematura es más evidente como, por ejemplo, la extirpación de los ovarios.

A continuación, vamos a comentar todas las posibles causas de la menopausia precoz en la mujer:

  • Alteraciones genéticas: mujeres que sufren el síndrome de Turner o el síndrome de la X frágil
  • Antecedentes familiares: si la madre o hermana de la mujer ha sufrido menopausia prematura, hay una mayor probabilidad de que ocurra en la misma familia
  • Enfermedades autoinmunes: hipotiroidismo o artritis reumatoide. El sistema inmunitario produce anticuerpos contra el ovario, lo que destruye o altera la reserva ovárica
  • Exposición a materiales tóxicos: pesticidas, alcohol, tabaco, disolventes, etc.
  • Infecciones virales como el paludismo o la varicela
  • Tratamientos contra el cáncer: quimioterapia y radioterapia. En función de la intensidad de estos tratamientos, el fallo ovárico puede ser reversible o irreversible
  • Cirugías: histerectomía en la que se extirpan los ovarios en compañía del útero y las trompas

El primer signo de alarma en la mujer es la desaparición de la menstruación o la alteración de los periodos menstruales. En este caso, para saber la causa de todo esto, lo más recomendable es ir a una visita ginecológica para hacer una exploración.

A continuación, será necesario hacer un análisis de sangre para valorar el perfil hormonal de la paciente. Los niveles bajos de estradiol, así como el aumento de la hormona foliculoestimulante (FSH), confirmarán que la mujer sufre menopausia precoz.

Algunos síntomas característicos del FOP son los siguientes:

  • Sofocos
  • Dolor de cabeza
  • Sudores nocturnos
  • Alteraciones del sueño
  • Palpitaciones y taquicardias
  • Alteraciones emocionales: depresión, irritabilidad, etc.
  • Sequedad vaginal y sequedad de la piel
  • Dispaurenia: dolor al mantener relaciones sexuales
  • Disminución del deseo sexual
  • Problemas urinarios: incontinencia, irritabilidad de la vejiga, infecciones, etc.
  • Aumento de peso: acumulación de grasa en la zona del vientre

Además de los síntomas y molestias que hemos comentado en el apartado anterior, la menopausia también tiene consecuencias a largo plazo para la salud de la mujer.

El déficit hormonal provoca alteraciones en la regulación de muchas funciones del cuerpo femenino. Los problemas más graves que pueden suceder por esto son los siguientes:

  • Mayor tendencia a desarrollar osteoporosis y dolor en las articulaciones
  • Riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular
  • Riesgo de sufrir cáncer de mama
  • Esterilidad

Las mujeres con FOP que no han conseguido quedarse embarazadas de forma natural pueden recurrir a la fecundación in vitro (FIV) para intentar recuperar algunos óvulos maduros con la estimulación ovárica.

No existe ningún tratamiento para hacer que los ovarios recuperen su funcionalidad. No obstante, es importante que la mujer sea tratada con terapia hormonal una vez diagnosticada la menopausia precoz.

Al combatir los bajos niveles de estrógenos, será posible aliviar los síntomas de la menopausia, así como prevenir los posibles riesgos asociados al déficit hormonal.

La principal solución, por tanto, es la terapia hormonal sustitutiva. Normalmente, este tratamiento consiste en la administración de estrógenos, pero también puede utilizarse la píldora anticonceptiva combinada (estrógenos-progesterona).

Finalmente, mantener una dieta equilibrada y practicar deporte son aspectos esenciales para el mantenimiento de la salud en las mujeres menopáusicas.

Fuente: Reproducciónasistida.org

Mostrar más
Botón volver arriba